By Fintechnews.org
El mundo se encamina hacia la ‘estanflación’. Según ha advertido recientemente el Banco Mundial (BM), la economía global puede estar sometida a años de recesión (o a un débil crecimiento, en el mejor de los casos) y aumento de precios, lo que causará una combinación tóxica que pondrá a prueba la estabilidad de decenas de países que aún luchan por recuperarse de la pandemia del COVID-19.
En su último informe, denominado ‘Perspectivas económicas mundiales’, el BM recorta al 2,9% su previsión de crecimiento global para 2022, frente al 4,1% anticipado en enero pasado.
Según los manuales económicos tradicionales, ‘estanflación’ significa la situación económica de un país, área o región que se caracteriza por un estancamiento económico a la vez que persiste el alza de los precios y el aumento del desempleo.
El término fue acuñado en 1965 por el entonces ministro de Finanzas británico, Ian McLeod, que fusionó los vocablos ‘estancamiento’ e ‘inflación’ en un recordado discurso en la Cámara de los Comunes. “We now have the worst of both worlds – not just inflation on the one side or stagnation on the other. We have a sort of ‘stagflation’ situation” (ahora tenemos lo peor de ambos mundos: inflación por un lado y estancamiento por otro. Tenemos algo así como una estanflación), dijo.
Formalmente, se determina que en cualquier nación existe una recesión cuando el Producto Interno Bruto (PIB) decrece durante dos trimestres consecutivos. Cuando la recesión llega acompañada de alta inflación, el proceso recibe el nombre de ‘estanflación’.
Uno de los escenarios más temidos
Sin dudas, este es uno de los escenarios económicos más temidos, por la dificultad que requiere afrontarlo y la ardua manera de corregir el rumbo. Sobran antecedentes de naciones que no consiguieron revertir la situación con facilidad cuando la estanflación se apoderó de su maquinaria.
Como bien señala El Economista en esta reseña, “la estanflación se convierte en un dilema para la política monetaria que debe elegir entre las medidas normalmente usadas para incrementar el crecimiento económico y aumentar por tanto una inflación desbocada o políticas para luchar contra la inflación que reducen la actividad en una economía en situación de paro”.
¿Y qué antídotos suelen utilizarse para combatir la estanflación? “Normalmente los bancos centrales deben elegir entre reactivar la economía o drenarla mediante el ajuste del tipo de interés del dinero, siendo este su principal cometido. Reducir el tipo de interés provoca un crecimiento económico, pero esto dispara la inflación. Aumentar el tipo de interés permite luchar contra la inflación pero reduce el crecimiento económico. En la estanflación se dice que ambos problemas coexisten”, señala el citado medio.
La economía ortodoxa indica algunas pautas para combatir la estanflación. Algunas de las líneas más destacadas son las siguientes:
- Impulsar una estrategia integrada que agrupe medidas de política económica importantes y necesarias para combatir la inflación con paro como una política mixta fiscal y monetaria que actúe de forma coordinada y teniendo en cuenta los efectos colaterales.
- Una política de rentas complementaria indispensable esencialmente si se acepta la necesidad de un ajuste a la inflación de los salarios reales
- Medidas para reducir los costes de ajuste o costes de información en el mercado de trabajo
- Reformas microeconómicas para mejorar la eficiencia de dichos mercados
- Políticas regionales que principalmente traten de luchar contra el creciente nivel de dispersión del paro, dado que ello constituye un factor inflacionista de importancia.
- Medidas consistentes en cambios estructurales e institucionales y medidas que restablezcan de manera duradera el ritmo de crecimiento de la productividad.
Una manera de afrontar el problema… “que podría afectar al mundo”
Jamie Martin, historiador de la economía de la Universidad de Georgetown (EE.UU) planteó recientemente en este artículo publicado en The New York Times que la manera de combatir la inflación en Estados Unidos “podría afectar al mundo”. Desde su óptica, “la Reserva Federal (el Banco Central de USA) ha decidido aumentar las tasas de interés para intentar controlar la inflación más elevada del país en décadas, pero esto enfrenta un riesgo cada vez mayor de provocar una recesión”.
Martin considera que “si Estados Unidos profundiza en las próximas semanas nuevas medidas agresivas para contener la inflación, estas podrían tener efectos significativos e impredecibles en todo el mundo. En muchos casos, con consecuencias negativas perdurables para países del hemisferio sur”.
En verdad, el planeta mira con tensión y preocupación cuáles serán los próximos pasos de la Reserva Federal norteamericana. La inflación allí es muy alta y “la historia nos ofrece nítidos ejemplos de cuán destructivas pueden ser las políticas de la Reserva Federal para el resto del mundo”, ha escrito Martin.
4 factores clave que acrecientan la incertidumbre
El economista argentino Ricardo Dessy, director de Citibank para el cono sur de América Latina, aseguró hace escasos días que existen cuatro grandes factores que acrecientan un “momento de altísima incertidumbre” a nivel global, con la sombre de estanflación que se cierne. De acuerdo con sus palabras, “estas son las 4 dinámicas disruptivas” que están agudizando el problema:
- a) Las consecuencias tan frescas del
- b) La fuerte desaceleración económica de China.
- c) La suba de tasas de interés de la Reserva Federal (el Banco Central de Estados Unidos).
- d) El conflicto bélico en Ucrania (que se prolonga en el tiempo y ya ha superado los 109 días).
Según su visión, la pandemia afectó considerablemente la cadena de suministro. “Cuando se para una maquinaria durante dos años, después es mucho más fácil recuperar la demanda que la oferta. La demanda ha salido disparada de golpe nuevamente, pero la producción para satisfacerla tiene una demora. El COVID pegó en dos lugares. Por un lado, la oferta tarda más que la demanda en recuperarse y eso genera cuellos de botella. Como es difícil satisfacer la demanda creada artificialmente de manera muy rápida, la oferta ajusta por precio”, ha analizado la pasada semana en la radio Mitre de Buenos Aires, Argentina.
“Otro factor precisamente es el de los precios más altos, que no siempre determinan la inflación. Hay variaciones de precios relativos”, ha asegurado en el programa radial ‘Alguien tiene que decirlo’ de la capital argentina.
Al gran problema de estos dos principales factores (el COVID y la alta inflación en Estados Unidos) Dessy agrega la desaceleración de China y lo que ocurre en Ucrania.
Respecto al gigante asiático, manifestó que “el 70% de la variación del precio de las commodities está explicado por China. Es un país que aplicó una política muy dura de aislar toda una ciudad, lo que genera desincentivos a la hora de acelerar la oferta, los suministros. A este contexto se le agrega la parte política: este año, el congreso del partido comunista chino decidirá si Xi Jinping va por su tercer mandato”, señaló.
“En economía, lo incierto es peor que lo malo”
Al referirse a la invasión rusa en Ucrania, dijo que esto no solo generó mayor escasez de esa oferta que se demoraba en llegar, sino mucha incertidumbre. En economía, siempre lo incierto es peor que lo malo. En un escenario malo, se puede intentar actuar. Pero con la incertidumbre es más difícil lidiar”, ha dicho.
“Necesitamos más certezas. Pero los cuatro componentes antes citados provocan una gran imprevisibilidad. La inflación no es multicausal. No se produce por la emisión monetaria. Es por el exceso de la oferta monetaria sobre la demanda monetaria. El gran problema de EEUU actual respecto a la inflación es por un tema de exceso monetario. Se emitieron cuatro trillones de dólares en 2020 y 2021 para paliar la crisis de la pandemia”, consideró.
Su visión no hace más que ratificar el pensamiento de David Malpass, el presidente del Banco Mundial, que ha afirmado que la guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan al crecimiento: “Para muchos países, será difícil evitar la recesión”, ha advertido días atrás. Y en sus presagios, una sombra alargada estremece a gran parte del planeta.